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domingo, 30 de agosto de 2015

Meditación, sintonía en cuerpo y alma

SINTONÍA EN CUERPO Y ALMA

MEDITAR ES SILENCIAR LA MENTE MIENTRAS SE ESTÁ DESPIERTO PARA LOGRAR UN ESTADO DE RELAJACIÓN Y PAZ QUE PERMITA RECARGAR LAS ENERGÍAS


La postura es conocida: sentados en el piso con las piernas entrelazadas, las manos extendidas a los lados y los dedos pulgar y medio forman la figura de una O, los ojos cerrados. La meditación es una de las actividades que los movimientos de nueva era han puesto de moda en Occidente. Pero aunque muchos han escuchado hablar de ella, pocos saben de qué se trata realmente.
Meditar es el arte de no hacer nada, de mantenerse concentrado en no dejar que los estímulos externos alteren la tranquilidad de la mente y mantenerla despejada. Para poder definir a la meditación, Francisco Moreno Ocampo, coordinador en Venezuela de la fundación Arte de Vivir, explica que hay tres estados de la mente: la vigilia, que es el momento donde la persona está despierta con sus sentidos activados y pensamientos conscientes; el sueño, que silencia los sentidos pero libera la inconsciencia; y la meditación, en la que tanto los sentidos como la conciencia están activos (incluyendo a la memoria) pero la mente está serena. Veinte minutos de meditación equivalen a cuatro horas de sueño.
La meditación es un estado natural del ser humano, los bebés están casi de manera permanente meditando, según explica Moreno. No hay edad para empezar o dejar de meditar, sin embargo, como requiere de estar sentados, quietos y concentrados en la respiración, es posible que los niños no estén dispuestos a hacerlo. Para meditar no se requiere mayor esfuerzo pero sí dedicación y disciplina. Lo recomendable es meditar 20 minutos, dos veces al día toda la semana, incluso para principiantes.
Pero, ¿en qué consiste exactamente meditar? Hay muchas técnicas según la influencia espiritual de cada maestro, pero en general consiste en “observar sin juzgar” en un estado de conciencia en la que se dejan fluir pensamientos y sensaciones sin engancharse en los juicios que causa el sufrimiento. Lo que se pretende es contactar al alma. Investigadores brasileros de la Universidad Federal de Sao Paulo indican que para categorizar una actividad como meditación debe cumplir con cinco requisitos: el uso de una técnica específica, la relajación de los músculos en determinado punto del ejercicio, la “relajación lógica” de la mente, que el proceso sea autoinducido y permita enfocarse.

LIMPIE EL VIDRIO

Moreno explica que no es posible iniciar una sesión de meditación sin antes haber borrado las impresiones negativas del día. “La respiración ayuda a limpiar la mente de los pensamientos tóxicos, esas cosas que dejaron huella en ti durante la jornada, respirar es contactar el cuerpo con la mente”. Por eso los ejercicios respiratorios son el “calentamiento” indispensable para esta práctica. Hay diferentes maneras de hacer esto, respirar profunda y lentamente es la más sencilla; pero también se puede hacer pranayama (respiración para yoga).

PASOS PARA PREPARARSE

1. Ayuno. Es más difícil meditar cuando se está haciendo digestión; tampoco es recomendable si se ha ingerido alcohol o cualquier tipo de droga.
2. Aseo. Se recomienda para iniciar la relajación y liberarse de las cargas del día. También es posible iniciar la sesión con un ejercicio de limpieza imaginaria.
3. Lugar y posición. Busca un espacio propio para dedicarte a meditar, se puede personalizar con flores e inciensos suaves. Se debe adoptar una posición cómoda pero que no incite el sueño. Sentarse con la espalda recta con los brazos tendidos a los lados con las palmas abiertas es la postura básica.
4. Ropa. Se puede meditar con cualquier prenda de vestir, pero es muy difícil hacerlo cuando aprieta la ropa; por ello es preferible usar tela de alguna fibra natural, como algodón, lino o seda.
5. Respiración. Antes de empezar debe dedicarse unos minutos a observar el ritmo para respirar. Inhalar y exhalar cómodamente, de una manera profunda y natural, ayuda a “limpiar” la mente y prepara para meditar.

RENACER CON EL DÍA

La mejor hora para meditar es la mañana. Suele ser el momento más tranquilo del día y permite empezar bien la jornada. Pero también hay razones energéticas pues según creencias ancestrales, hay un instante durante la salida del sol en la que el mundo renace y se reactiva la energía creadora del universo.


OMg

Un mantra es un sonido que se repite con la intención de ayudar a liberar la mente de los constantes pensamientos que la inquietan. Puede ser una palabra, una sílaba o una frase cuya vibración al ser recitados estimulan la concentración de una persona y corten la cadena de pensamientos negativos. Algunos mantras sagrados son palabras antiguas, el más conocido es Ohm, que invoca al Ser Supremo y se considera como el sonido primigenio durante la creación del mundo. No es necesario hablar sánscrito ni saber su traducción exacta para que funcionen, pues es la vibración al pronunciarlo lo que ayuda.
Según investigaciones realizadas por la Escuela de Medicina de Harvard, la meditación con mantras u oraciones religiosas estimula la relajación del sistema nervioso lo que se traduce, entre otras cosas, en una regulación de la presión arterial.

ENTRENAMIENTO GUIADO

La mejor forma de aprender a meditar es meditando. Algunas personas pueden lograr ese estado de concentración y relajación de manera intuitiva, sin embargo, la mayoría de las personas requieren de un guía que pueda indicarles cómo hacerlo correctamente. Moreno señala que la primera aproximación debería ser en una práctica grupal guiada y luego desarrollar la rutina personal una vez que se domine la técnica. Al estar en un grupo, la energía de todos los participantes los estimula entre sí. A la hora de escoger el lugar o el instructor, es necesario tener en cuenta qué tipo de preparación tienen y qué ofrecen, cuánto tiempo llevan practicando y enseñando a meditar y la filosofía que los respalda.

CEREBRO EN ONDA

El computador del cuerpo produce cuatro tipos de ondas de diferentes frecuencias: beta, alfa, teta y delta. Las primeras suceden durante la vigilia (despiertos y conscientes), las segundas se experimentan durante una relajación profunda, la presencia de las teta suelen indicar que el sujeto está adormecido, mientras que las últimas –delta– se dan durante el sueño profundo. El paso de un tipo de onda a otro, en un individuo convencional, es involuntario. Pero las personas que acostumbran meditar son capaces de emitir ondas alfa, teta e incluso delta mientras están despiertos, conscientes y con capacidad para recordar todo lo que viven en esos momentos.
En la Universidad de Wisconsin-Madison hicieron un experimento particular: midieron las ondas cerebrales de ocho monjes budistas con más de 15 años de experiencia en meditación y a ocho personas que nunca habían meditado antes. La idea surgió de propio Dalai Lama que se interesó en las investigaciones del neurólogo Richard Davidson y se presentó para enfrentar ciencia y metafísica. Los resultados asombraron a las mentes científicas, pues los sujetos con larga trayectoria como meditadores mostraron actividad en una parte del cerebro que se manifiesta acelerado sólo en personas serenas y optimistas, así como la emisión de ondas delta aún estando despiertos y con capacidad para recordar las instrucciones de los investigadores durante la prueba.

CONCENTRACIÓN Y RELAJACIÓN

Los beneficios de meditar son varios pero el que primero se ve es el alivio de las preocupaciones pues crea una relajación profunda. Moreno enumeró: “reduce el cortisol, que es la hormona del estrés, elimina el insomnio y la ansiedad, mejora la ayuda a superar la depresión, regula el colesterol y la presión arterial”. Además, se regularizan las funciones corporales como la digestión y la respiración, y aumenta la energía y vitalidad. Pero sobre todo se aprende a enfocar la atención, a estar concentrado sin tensión, lo que permite encontrar mejores soluciones a los problemas, dejar surgir la creatividad y mantener la calma en situaciones estresantes. En Estados Unidos se reconoce la práctica de la meditación como medicina alternativa y complementaria en el caso de ansiedad, depresión, estrés, dolor crónico, insomnio y manifestaciones emocionales de enfermedades crónicas del corazón, sida y cáncer.

DEL LEJANO ORIENTE AL TRÓPICO

Meditar siempre se relaciona a las culturas asiáticas como la india, china o japonesa pues sus exponentes tradicionales son líderes religiosos del budismo, el hinduismo y el taoísmo. Pero los seguidores sufistas del Islam practican un tipo de meditación y existen restos arqueológicos que sugieren que las tribus celtas en Europa también lo hacían. En Occidente, la cultura judeocristiana incluye algunas sesiones de recogimiento espiritual similares a la meditación.
Aunque los grandes exponentes de la meditación son líderes religiosos, esta práctica de relajación no está ligada a una doctrina religiosa en particular.

Fuente: EyS

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