Las patologías generalmente preceden a otros síntomas que en algún momento se manifestaron, pero no se les dió la atención necesaria, y es justo en el momento de su padecimiento cuando comenzamos a recordar aquellas molestias que alertaban lo que venía. El linfedema es una enfermedad muy común debido a que es el resultado de otros padecimientos de índole general que se expresan de forma aguda o crónica.
De acuerdo con el diccionario terminológico de las ciencias médicas, linfedema es un edema (acumulación de líquido) causado por una obstrucción del sistema linfático, red de órganos, ganglios, conductos y vasos que producen y transportan linfa, desde los tejidos hasta el torrente sanguíneo.
Se trata de la “hinchazón” de los tejidos blandos por la acumulación de linfa (líquido proveniente de los intestinos, compuesto por proteínas, grasas y glóbulos blancos), puede afectar genitales y extremidades, siendo más frecuente en los miembros desde la cadera hacia abajo.
Su diagnóstico
Se diagnostica a través de la inspección física. Estudios científicos realizados en el año 2014 por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, revelan que es posible encontrar información biológica de la enfermedad hasta cinco años o más antes de presentar la sintomatología descrita.
“Debemos entender que el linfedema se va a diagnosticar y tratar en base a lo que lo provoca, de acuerdo a su clasificación, porque es la expresión de un padecimiento local o sistémico y en consecuencia se va a tratar la patología directamente en base a su causa (trombosis, infección, otros)” .
Clasificación y evolución
El linfedema se clasifica en dos grupos dependiendo de sus agentes. En ambos existe la posibilidad de situaciones benignas o malignas:
• Primarios, esenciales o ideopáticos: se relacionan con aplasia (desarrollo defectuoso o ausencia congénita de un órgano
o tejido), hipoplasia (crecimiento incompleto de un tejido u órgano), estenosis o dilatación de los vasos linfáticos.
• Secundario: tiene su origen luego de una mastectomía por cáncer de mama, y se relacionan con numerosos casos de obstrucción linfática como: erisipela (infección contagiosa de la piel), linfangitis, neoplasia y traumatismo.
La enfermedad evoluciona poco a poco junto a la manifestación de fibroedema (tumoraciones) seguido de episodios repetidos de celulitis e inflamaciones locales, que en algunos casos se derivan de infecciones de la piel y en otros más crónicos, se presenta elefantiasis, lo que conduce a un engrosamiento cutáneo que impide la movilidad de los miembros comprometidos del paciente.
Ante esto, las consecuencias más comunes son: pérdida de la turgencia (elasticidad) de la piel o cambios de temperatura y coloración cutánea.
• Primarios, esenciales o ideopáticos: se relacionan con aplasia (desarrollo defectuoso o ausencia congénita de un órgano
o tejido), hipoplasia (crecimiento incompleto de un tejido u órgano), estenosis o dilatación de los vasos linfáticos.
• Secundario: tiene su origen luego de una mastectomía por cáncer de mama, y se relacionan con numerosos casos de obstrucción linfática como: erisipela (infección contagiosa de la piel), linfangitis, neoplasia y traumatismo.
La enfermedad evoluciona poco a poco junto a la manifestación de fibroedema (tumoraciones) seguido de episodios repetidos de celulitis e inflamaciones locales, que en algunos casos se derivan de infecciones de la piel y en otros más crónicos, se presenta elefantiasis, lo que conduce a un engrosamiento cutáneo que impide la movilidad de los miembros comprometidos del paciente.
Ante esto, las consecuencias más comunes son: pérdida de la turgencia (elasticidad) de la piel o cambios de temperatura y coloración cutánea.
Tratamientos Actuales
“Los métodos actuales para combatir la dolencia van desde masaje linfático, presoterapia (presión de la piel), tratamientos compresivos: vendajes, medias especializadas, fármacos, tratamiento postural, ejercicios gimnásticos, medidas higiénico-dietéticas y por último la cirugía”
Como en todo problema, existe una solución, hay varias técnicas de masoterapia y fisioterapia que ayudan a tratar estas hinchazones. A continuación mostramos los tratamientos que actualmente están obteniendo mejor resultado:
- Kinesiotape (vendaje neuromuscular)
- Drenaje linfático manual (DLM)
- Masaje reductivos
- Vendajes compresivos
Tenemos que tener clara una cosa: siempre es mejor prevenir que curar; por lo tanto, antes de tener un problema de linfedema vamos a hacer una serie de cambios en nuestra alimentación y estilo de vida para no llegar a ese punto.
Es cierto que la alimentación no es la solución al problema, pero sí ayuda a prevenir la tan poco deseada inchazón. A continuación mostramos una serie de consejos alimenticios para prevenir la linfedema:
- Ingerir vegetales, ya que el potasio ayuda a eliminar líquido a través del riñón.
- Ejemplos: lechuga, zanahoria, tomate,…
- Tomar infusiones de: cola de caballo, jengibre, hoja de olive,… son diuréticos naturales.
- No ingerir alimentos que contengan grasas saturadas, ya que hacen que la sangre sea menos líquida.
- Comer legumbres, ya que son pobres en sodio y ricas en potasio.
- Dieta rica en proteínas: evita la retención de agua, ya que tras su ingestión el hígado produce albúmina, que es la sustancia necesaria para que los fluidos no se acumulen en los tejidos.
- Evitar las comidas que tengan mucho azúcar.
- Ejemplos: postres muy dulces, golosinas,…
- Evitar los alimentos con mucha cantidad de sal, ya que ésta ayuda a acumular líquidos en nuestro cuerpo.
- Ejemplos: anchoas, aceitunas, embutidos,…
También es necesario realizar:
- Reposo y dormir bien, ocho horas por las noches y siesta después de comer, siempre que tu vida te lo permita.
- Descansar piernas y pies. Si la retención de líquidos se acumula en la zona de las extremidades inferiores, ya que las mismas distan del tronco principal del cuerpo, estírate o siéntate y eleva los pies aproximadamente una hora.
- Masajes de piernas y pies. Siendo mejor prevenir, puedes asistir a un especialista en masoterapia semanalmente de manera que el tratamiento de masajes optimice la circulación linfática de tus piernas.
- No usar ropa, zapatos o calcetines muy ajustados.
- Realizar ejercicio. Nadar, caminar, ir en bicicleta, correr, rugby,…, cualquier ejercicio en el que haya que mover las piernas facilita el trabajo a los riñones.
- Si tu trabajo te obliga a estar sentado/a durante mucho tiempo, levántate al menos una vez a la hora y pasea unos minutos.
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